No sé cómo me las arreglé para ver 11 películas este mes. Honestamente, de aquí hasta agosto mis rankings tal vez tengan muy pocas películas. Pero bueno, febrero es mes de Óscar, es una de mis épocas favoritas del año, así que tenía que hacerles un hueco a las nominadas que me faltaron. Este año no vi muchas ganadoras de otros años como en 2017 (solo una, de hecho), porque pues no me da la vida. Oh, también está Black Panther.
11. The Cloverfield Paradox, de Julius Onah (2018)
«What are you talking about, Arm?»
Ya escribí aquí mi opinión de por qué siento que no funciona. Una secuela de ciencia ficción y suspenso que no es ni buena secuela ni buena ciencia ficción ni buen suspenso. Falla en todo lo que intenta, desperdicia conceptos interesantes, su manejo de personajes es malísimo y todo lo conecta con las anteriores de Cloverfield deja de tener sentido si lo piensas por más de 10 segundos.
10. All the Money in the World, de Ridley Scott (2017)
«If you can count your money
you’re not a billionaire.»
Me pareció artificial, melodramática, pretenciosa y aburrida. Su principal proeza es que el parche de Christopher Plummer prácticamente no se nota, de ahí en fuera me parece una película para TV glorificada, con un guion insoportable que se cree escrito por Aaron Sorkin. No es un desastre, para nada (vaya, es Ridley Scott), pero por alguna razón no la soporté. Tal vez fue el mood en el que fui (la vi literalmente minutos después de Lady Bird, que es lo genuino hecho película, chance eso tiene algo que ver). Me dormí como por media hora, desperté y las cosas seguían exactamente igual. Una anécdota morbosa y poco más.
9. I, Tonya, de Craig Gillespie (2017)
«America. They want someone to
love, they want someone to hate.»
Creo que el tono es el correcto pero la ejecución no me encanta. Me parece flojo tener tres testimonios, dos narradores y ADEMÁS que durante la historia rompan la cuarta pared. Es demasiado. Siento que me están tratando como idiota, sobre todo con su actitud de «esta es la verdad y te callas». O sea, tienes una buena historia que daría para explorar mucho, da coraje que se quede con solo un lado y trate con un poco de condescendencia al espectador. Y el CGI distrae mucho. Eso sí, la actuación de Margot Robbie es una revelación y la última escena es muy buena si la separamos de la actitud que comento.
8. Black Panther, de Ryan Coogler (2018)
Wakanda forever!
It’s fine. O sea sí, entiendo todo lo que representa y también me encanta. Su subtexto afortunadamente no le tiene miedo a los temas raciales y su representación puede genuinamente ser un game changer. Entiendo el orgullo que causa. ¿Pero como película? It’s fine. Tiene problemillas de pacing, sobre todo en la primera hora. El héroe es aburridón y su química con casi todos los personajes es malona. El CGI es muy feo. Me quedé con ganas de escuchar más el soundtrack de Kendrick, que es bastante bueno. Afortunadamente tenemos a Michael B. Jordan representando al mejor y más complejo villano del MCU, el que más brilla en toda la película junto con Letitia Wright, y tenemos una gran dirección de arte. Porque sí, al final, es una película normalita, cumplidora y entretenida, solo que con una connotación racial enorme.
7. Phantom Thread, de Paul Thomas Anderson (2017)
«Are you sent here to ruin my evening?
And possibly my entire life?»
Preciosa música e increíble dirección de arte. Honestamente, me perdió durante un buen tramo. Empecé involucrado y después de algunas vueltas me empecé a cansar. El pacing comenzó a molestarme, pero al final me cayó el veinte de lo que estaba intentando y entendí mejor su mensaje. Es de esas películas que estás medio a oscuras durante un buen rato y de pronto una escena al final te pone muchas cosas en perspectiva y le da todo el sentido a la película, o al menos así fue para mí. Fuera de su mensaje, que como ya dije tarda en caer, desde el principio tiene partes genuinamente graciosas, frases muy memorables y momentos románticamente embriagantes. Gran trabajo de personajes una vez que todo hace click. Y el sabor de boca que deja es excelente.
6. Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, de Martin McDonagh (2017)
«—You old cunt!
—I’m not old, Robbie.»
Me ha costado pensar en qué escribir sobre Three Billboards porque básicamente es Muy Buena Película Que Me Dejó Un Poco Tibio: The Movie. Curiosamente, el arco de Dixon, el problema que la gran mayoría tiene con la película, a mí me parece de lo más interesante y una verdadera prueba de su destreza para jugar con sus personajes. Lo que me frustra es que justo esa destreza me queda un poco a deber con el personaje de Mildred. La película plantea una culpa muy interesante en su personaje y se desvía un poco para desarrollar a los policías, es decir, a Dixon, cuyo arco al final me parece muy interesante. ¿Ves mi dilema? El núcleo cerebral de la película me parece excelente, pero el emocional —Mildred— creo que está un poco descuidado.
5. Darkest Hour, de Joe Wright (2017)
«He mobilized the English
language and sent it into battle.»
No puedo creer que sentí más en esta perspectiva de Dunkirk que en la misma Dunkirk. Hay una razón: humanidad. Sientes todo porque Darkest Hour se concentra en las emociones de las personas responsables, en la incertidumbre y la duda. No se conforma con presentarte una situación difícil y esperar a que empatices, te ayuda con su lenguaje. Y vaya que es una película muy hábil para comunicar, utilizando impecablemente sus primeros planos y su edición. Si a todo esto le sumamos un Gary Oldman ejemplar que carga con el peso de la película, tenemos una película competente, bien hecha, pero sobre todo, humana.
4. The Post, de Steven Spielberg (2017)
«The press was to serve the
governed, not the governors.»
Descartarla por convencional me parece un error. Al igual que Darkest Hour, el acierto de The Post es concentrarse en los personajes. De hecho, el final es tan emocionante por el desarrollo de Kay, a pesar de que sea una historia real y todos sepamos qué fue lo que pasó. Es impresionante que logre pasar esa barrera y ponerte la piel chinita aunque ya sepas cuál va a ser el clímax. Meryl Streep está brutal, lo cual no es noticia pero sí es de destacarse, porque realmente pienso que se merece la nominación. El resto del cast lo hace genial también, y cómo no, si tienen tal vez al mejor cast de todas las nominadas. Ver juntos a semejantes actores es un agasajo de por sí, que estén dirigidos por Spielberg es la cereza en el pastel. Y pues bueno, honestamente está tan alta en esta lista solo por la escena de Carrie Coon al final. El mensaje político qué, yo solo quiero ver a Carrie Coon.
3. Call Me By Your Name, de Luca Guadagnino (2017)
«Right now, there’s sorrow, pain.
Don’t kill it and with it the joy you’ve felt.»
Call Me By Your Name es una película de atmósfera. Al igual que Phantom Thread, es una cinta donde por un buen rato no sabes hacia dónde va. Aunque suene muy cliché, más adelante te das cuenta que lo importante no es el destino sino el viaje. Y ojo, no por eso descuida el final. De hecho, Call Me By Your Name tiene de los mejores finales entre las nominadas, pero el punto es que pega tan bien porque tuviste todo ese rato para no solo acostumbrarte al romance sino también a la atmósfera. Aunque sí creo que la película se gana sus halagos principalmente por su tercer acto, toda la película es un viajesote romántico, bien actuado (Michael Stuhlbarg se roba la película en una escena, por cierto) e imaginativo. Y su último plano es de Óscar y punto.
2. Lady Bird, de Greta Gerwig (2017)
«People go by the names their parents
give them, but they don’t believe in God.»
Como pero le pondría que no es nada sutil, no se toca el corazón dándote exposición o dejándote bien claras sus decisiones, pero solo eso. Tiene un súper pacing, un gran ritmo, y un tono perfecto y muy difícil. Es graciosa y conmovedora en un periodo de tiempo cortísimo, y funciona. Su estructura es fácil de seguir, con altibajos claros que encajan perfecto con el tema. Admiro sobre todo su edición, utilizada a la perfección hasta para provocar una risa; abrupta, agresiva y muy precisa. Sus personajes comienzan como estereotipos, pero no dejan de desarrollarlos durante toda la película y terminan volviéndose muy redondos. Una historia coming of age que llegó para quedarse. Graciosa, entrañable, fácil de empatizar y muy entretenida.
1. Schindler’s List, de Steven Spielberg (1993)
«The list is life. All around
its margins lies the gulf.»
Una clase en muchos sentidos. Para empezar, es larguísima y se te pasa como agua, lo cual es un logro enorme considerando que el tema no es nada fácil. No es sorpresa si analizamos su gran trabajo de personajes: un arco fuerte, contrastes clarísimos con el villano y excelentes actuaciones de ambos. Todas sus acciones son complementadas con escenas muy fuertes y bien hechas del holocausto, con ideas brillantes (como la niña del abrigo rojo) y una ejecución impecable. Realmente intenta muchísimo, se desvía varias veces, pero nada se siente fuera de lugar, ya que todo suma al cambio de las motivaciones de Schindler. Me encanta su uso de luz en la cinematografía y el tema de John Williams. Súper sentimental como Spielberg suele ser, pero sigue siendo una obra maestra.