El cierre de semestre me terminó costando el no poder ver más películas. Aunque bueno, no es como que haya mucho en el cine ahorita. El próximo mes seguro habrá algunas películas navideñas. También se estrena una cinta indie que estoy esperando, un filme pequeñito llamado STAR WARS. Oh, boy. Noviembre, por lo pronto, tiene algunos rants, algunas indecisiones, un par de documentales y labios superiores con mal CGI. Disfrut.
9. Justice League, de Zack Snyder (2017)
«Superman was a beacon to the world.
He didn’t just save people, he made them
see the best parts of themselves.»
Su mayor pecado es tener a los superhéroes más relevantes de la historia juntos por primera vez y ser totalmente intrascendente. Se le notan tanto los parches, que parece proyecto de secundaria hecho una noche antes. Es un pastiche de mil cosas: la esencia horrible de Zack Snyder medio se asoma entre la nueva corrección de color y los reshoots de Joss Whedon, tiene un soundtrack de Danny Elfman súper cheesy que incluye los temas musicales de Batman y Superman de los 90s, el villano solo será recordado por ser el villano menos memorable y más genérico de la historia del cine de superhéroes, y hay 15 minutitos en los que fui muy feliz porque Superman al fin se comporta como Superman, aunque tenga el labio superior medio jodido por el mal CGI (qué mal CGI hay en todo el DCEU, por cierto).
Es mitad un desastre, mitad un giro hacia el camino correcto. Mike de RedLetterMedia la describió como una mala caricatura de sábado por la mañana, y sí. Superficial, sencillísima y mal hecha, pero con cierta sinceridad. Una disculpa que creo que vale la pena aceptar. Hagamos de cuenta que Batman v Superman nunca existió, quedémonos con esos 15 minutos de Superman puro, y listo.
8. Score: A Film Music Documentary, de Matt Schrader (2016)
«The score is the heart and beat of the film.»
El problema de Score es que es lo suficientemente bueno como para enojarte cuando termina abruptamente. Tiene momentos poderosos, buenas historias y muchos compositores dando input; pero de lo corto que es te quedas esperando a que te digan que hay otros 10 episodios de lo mismo. Hace muchas cosas bien, y justo cuando estás puestísimo para profundizar, se acaba y se queda en la superficie. La culpa tal vez es de su ambición temática, abarcando no solo el proceso de creación de una banda sonora, sino también la historia del medio y reflexiones sobre sus grandes exponentes. De nuevo, la calidad está ahí, pero no la profundidad. Es un documental que agradezco que exista, ya que la labor de sus sujetos de estudio es importantísima y poco explorada, pero si sabes aunque sea un poco de la labor de estos señores, Score te va a decepcionar como a mí.
7. Superman Returns, de Bryan Singer (2006)
«I’m always around.»
Lo voy a decir: Superman Returns está infravalorada. Permíteme rantear sobre lo buena que es su primera mitad con una pequeña lista:
1. Bryan Singer tiene un gran estilo y el tono es perfecto (no es igual que las de Richard Donner, pero tiene algo que me hace sentir en casa). 2. Los personajes de la del 78 están ahí, pero con cierto giro que le dan los nuevos actores. 3. Kate Bosworth es PERFECTA como Lois Lane. Brandon Routh está lejos de serlo, pero no me molesta. 4. Después de más de 10 años, la escena del avión sigue siendo la mejor escena de acción en la historia de Superman (perdón, Man of Steel). 5. El montaje de Superman salvando gente es perfecto. 6. El soundtrack es precioso y la cinematografía trata a Superman como el ícono que es. Vaya, esa primera mitad me hizo pensar que estaba redescubriendo un futuro clásico del género. Fantástica, mágica… hasta que llega la segunda mitad.
A partir de que Lois se encuentra con Lex, de pronto a Bryan Singer se le va el piso del tono. Su ejecución se vuelve mucho más seria y sombría, mientras la trama va para el lado contrario, con el plan absurdo de Lex Luthor. Le dejan de echar ganas a la caracterización, sobre todo de Lois, aunque Superman también desaparece casi por completo. Los temas de la película se desinflan y la duración comienza a pesar. Lástima. Pero poner «How Could You Leave Us» del soundtrack y pensar en su primera mitad sigue siendo un agasajo. Infravalorada, te digo.
6. Thor: Ragnarok, de Taika Waititi (2017)
«What are you, Thor, god of hammers?»
Hay algo de Thor: Ragnarok que no me convence y después de darle varias vueltas creo que al fin sé qué es. No es per se el desperdicio que es Hela aunque esté actuada por una Cate Blanchett desatada, no es per se que el arco de Thor sea un poco reiterativo junto a sus dos películas anteriores y junto a Spider-Man: Homecoming de este mismo año; lo que me molesta de Thor: Ragnarok es que no es consistente con su intención. Y es que como película superficial, divertida, colorida, muy graciosa y con buena acción, es excelente; pero no podemos solo calificarla con esa mira, porque también intenta meter todo el rollo de Asgard y del aprendizaje de Thor. Si te vas a ir mindless fun, vete a tope con mindless fun, no a medias. Que sea solo el viaje divertidísimo y absurdo de Thor en el planeta desconocido, para verlo con esos ojos. Todo lo de Asgard, Odín, Hela y Heimdall sobra, mancha una gran comedia de acción y me hace ver de forma más crítica una película que debería ser solo para atascarme de palomitas.
5. Raw, de Julia Ducournau (2016)
«And then we had our first kiss. And I understood…»
Esta logró sorprenderme porque en un inicio pensé que estaba mal escrita. El cambio del personaje es muy radical, lo cual me sacó mucho de onda. Pero al final me sorprendió porque, además de que el cambio se justifica por completo, eso forma parte del punto de TODA la película: estresarte y sacarte de tu zona de confort. Tienes escenas muy desagradables, buenos giros de tuerca y un arco de personaje, aunque acelerado, muy interesante y que crea paralelismos con las clásicas historias de «coming of age».
4. Spider-Man: Homecoming, de Jon Watts (2017)
«If you’re nothing without the suit,
then you shouldn’t have it.»
Me dieron ganas de ver Spider-Man: Homecoming otra vez porque es prácticamente la anti-Justice League. Mientras que la película de DC parece no tener idea de lo que es, siendo una película vacía de identidad y ambiciosa a lo estúpido; Homecoming es muy contenida, lo cual creo que es un mérito enorme. Con los enormes presupuestos y la gran fama de sus personajes, es muy fácil caer en lo que Justice League cayó; Homecoming lo sabe y por eso solo se dedica a ser una buena historia, con un género particular (historia divertida de preparatoria y coming of age tipo John Hughes), con momentos icónicos del superhéroe y escenas muy potentes como la de Michael Keaton en el carro. Es sencilla y sabe a lo que va, lo cual es más de lo que muchos blockbusters pueden decir de sí mismos.
3. The Meyerowitz Stories (New and Selected), de Noah Baumbach (2017)
«It’s called flirting when you’re young.
I’m not sure what it’s called when you’re over 70.»
Escribir de esta película me es complicado porque todavía no me decido sobre el grado en el que me gustó. Mientras la estaba viendo, me divertí mucho y fui cachando su mensaje y su gran construcción de personajes sin problema; pero también me pesó un poco. Al terminar me quedé con un buen sabor de boca, pero ese sabor se fue volviendo un poco amargo con el pasar del tiempo. Tal vez sea que tiene un choque de tonos que, aunque en general funciona excelente, es pesado de equilibrar durante su metraje. Tal vez le sobren unos 15 minutitos. Tal vez la película cambia tanto de dinámicas entre los personajes que, aunque su atmósfera sea ligera, el contenido es mucho como para verla una sola vez.
2. Crazy, Stupid, Love, de Glenn Ficarra y John Requa (2011)
«I don’t know whether to help you or euthanize you.»
Esta película tiene una estructura muy extraña y logran que funcione a la perfección. La promesa de la premisa (Ryan Gosling enseñándole a Steve Carrell cómo conquistar mujeres), se cumple antes del punto medio de la película. Es como si tuviera tres actos durante su primera mitad y luego resurgiera de la nada la subtrama de Emma Stone a seguir otros tres actos. Lo sorprendente es, de nuevo, lo bien que funciona. Básicamente te cambian la dinámica de la película a la mitad, pero como estás tan involucrado con los personajes, te sigues sin problema. Y por si fuera poco es muy graciosa.
1. Jim & Andy: The Great Beyond – Featuring a Very Special, Contractually Obligated Mention of Tony Clifton, de Chris Smith (2017)
«—How would you start this movie?
—Well, if I had my choice, it wouldn’t start at all.
It would already have been. And it wouldn’t end either.»
Es la segunda vez que escribo este comentario, pero es que Jim & Andy es una película MUY extraña. Es un documental sobre la producción de Man on the Moon y el method acting de Jim Carrey, pero solo le preguntan a Jim Carrey al respecto. Reflexiona sobre la figura de Andy Kaufman, pero no con mucha profundidad. Y de pronto, hace click. Man on the Moon no importa, Andy Kaufman no importa; el punto de Jim & Andy es cuestionar la figura de Jim Carrey. ¿Quién es él?
La historia de su conexión con Andy, además de ser interesante por sí misma, es un vehículo para darnos una probadita de la figura que es Jim actualmente. Su filosofía, sea locura o sea genialidad, encaja con la historia de la producción a un grado que te vuela la mente y que genera muchas preguntas. El punto de Jim & Andy es borrar la línea entre el documental y la expresión artística de Jim. Es un mega viaje.