Mes complicado. En algún momento pensé en unir septiembre y octubre, porque tenía muy pocas películas, pero me puse un poco las pilas al final y logré sacar lo que terminó siendo una especie de lista de recomendaciones hipstersonas (de hipster no tiene nada, casi todas son cine americano con releases suficientemente grandes, pero shh, no son de superhéroes entonces ya puedes sorprender a tus amigos). Recomiendo todas, a excepción del último lugar, y la mayoría fueron lanzadas este mismo año.
El próximo mes a lo mejor hago especial de terror, por ser octubre. O a lo mejor de thrillers, si no aguanto tanto jumpscare. O a lo mejor ranking normal. Soy todo un misterio.
7. I Hate Love, de Humberto Hinojosa Ozcáriz (2012)
«If you can hear me, I’ll kiss you.»
Oh boy. Esta es… interesante. Una película con una historia entretenida que al final no lleva a nada. NADA. ¿Cuál es su mensaje? ¡Ni idea! Casi todos los personajes son súper superficiales, sin motivaciones claras, a excepción de uno. ¿Sabes qué hacen con ese personaje tridimensional? Lo matan, y su muerte tiene CERO consecuencias para el final de la cinta. ¡Se olvidan de la premisa de la película, del conflicto central! En serio, está construida con las patas. Por si fuera poco, manchan una cinematografía muy bonita grabando TODO con cámara al hombro. ¡Usa un tripié, maldita sea!
6. Good Bye, Lenin!, de Wolfgang Becker (2003)
«The future lay in our hands. Uncertain, yet promising.»
Una película graciosa que abusa de su entrada, volviéndose un poco repetitiva. La película es de dos horas, pero se siente como si durara media hora más. Estiraron de más una buena idea, en resumidas cuentas, pero aun así vale la pena. Pasas un rato agradable y en general está bien estructurada y escrita. Su mensaje, aunque parece ser algo muy elevado y con mucha crítica, termina siendo algo sencillo y más íntimo, lo cual es respetable. Está bien, si acaso un poco olvidable. Eso sí, tiene una cinematografía muy fea.
5. The Beguiled, de Sofia Coppola (2017)
«We can show ‘em some really Southern hospitality.»
Es curioso que esta película sea completamente lo opuesto a la siguiente. The Beguiled es calladita, reservada, sugiriendo apenas las emociones tan primales que se encuentran bajo su superficie. Aun así es tensa y logra expresar todo lo que quiere, pero si tuviera que recriminarle algo es que le hace falta dejarse ir, porque el material lo permite. El núcleo emocional es crudo y agresivo, mientras que su realización es delicada, lo cual funcionaría perfecto como contraposición si en algún momento ese núcleo explotara de forma más escandalosa. Muy buenas actuaciones, por cierto (de lo mejor de Colin Farrell).
4. Mother!, de Darren Aronofsky (2017)
«Me? I am I. And you? You are home.»
Originalmente este párrafo decía que tienes que entrar a ver Mother! sabiendo la intención de Aronofsky o vas a odiarla, pero luego vi gente que entendió otra cosa y renegó sobre lo que dijo el director, así que pues ya no sé. Yo entré con la idea general ya en mente, lo que la convirtió en un juego muy interesante de relacionar conceptos, buscar metáforas, y encontrar personajes y situaciones que ya conocía. Desde mi punto de vista, sus alegorías y metáforas están clarísimas y me cuesta trabajo darle la razón a esas personas que dicen que en realidad trata de otra cosa, pero pues al final esto nos remite al clásico debate de «intención del artista vs. interpretación del espectador». Vale la pena verla, eso queda claro. La odies o la ames, la discusión que genera es interesante. Además, está bien actuada y realizada, y todo lo que comunica da para reflexionar, la interpretes como la interpretes.
3. Colossal, de Nacho Vigalondo (2017)
«Hi. She’s the monster; I’m the robot.»
Colossal no es lo que parece. Se presenta como una comedia con tintes de ciencia ficción, con una capa boba de la cual parece que no se va a mover, hasta que de pronto mete desarrollo de personajes hasta para llevar. Al final, la ciencia ficción es un pretexto para contar una gran historia sobre una chica tratando de limpiar su vida. No quiero ahondar, porque hay grandes sorpresas aquí, pero lo del desarrollo de personajes no lo dije a la ligera. Colossal se clava en los actos de nuestros protagonistas como no esperé que lo hiciera, los vuelve súper redondos, a tal grado que hay un choque de tonos fenomenal. Es lo único que quiero decir. Recomendadísima.
2. A Ghost Story, de David Lowery (2017)
«You do what you can to make sure
you’re still around after you’re gone.»
Qué preciosa película. En un inicio me pareció algo pretenciosa. Su extraño aspect ratio y sus escenas largas me hicieron pensar que era más estilo que sustancia, sobre todo porque al principio no queda claro hacia dónde va. Pero luego hace click y su discurso es tan bonito y su estructura es tan diferente y su manejo de nuestras expectativas es de experto y pues la amé. Es una gran premisa realizada con mucha elegancia. Tiene una cinematografía muy cuidada y una temática profunda tratada con mucha naturalidad y relativa simpleza. Para durar hora y media, calificarla como un slow burner podría no parecer un halago, pero créeme que vale la pena darle la paciencia que te pide.
1. The Big Sick, de Michael Showalter (2017)
«—Can you imagine a world in which we end up together?
—I don’t know.»
Fuck, esta película hubiera quedado de maravilla en mi Ranking Romántico. Tal vez hasta hubiera sido top 5. Es la mejor comedia romántica de los últimos… qué, ¿diez años? Solo (500) Days of Summer me viene a la mente como alguna a la altura. The Big Sick tiene mucho que decir: familia, religión, tradición, racismo, compromiso, amor; todo entrelazado cuidadosamente y estructurado a la perfección con un guion MUY gracioso. Una maquina perfectamente aceitada, donde el conjunto brilla pero no se descuida el detalle de cada una de sus partes. La comedia es maravillosa, el desarrollo del romance funciona, los personajes son complejos y las subtramas complementan los temas de la película. Una de las grandes del año, así de simple.