Max Landis, this is getting ridiculous. Después del FANTÁSTICO tercer número, podría parecer difícil superarse. Vamos, Parrot definió el sentido de pertenencia del personaje con una relación amorosa encantadora, dándonos momentos épicos en el camino (amé Parrot, por si no te has dado cuenta). Owl hace lo más inteligente: irse por otro lado, explorar otros elementos del personaje pero sin dejar de lado los sucesos del tercer número. Oh, y define un par de personajillos, nada del otro mundo.
Clark llega a la cumbre que debe cubrir como estudiante de periodismo, cumbre que reúne a Lex Luthor, Oliver Queen y Bruce Wayne; ahí nomás. Llegando, conoce a Lois Lane. Me encanta esta interpretación del personaje porque se denota su agilidad mental y confianza pero sin hacerla douchey, que es un vicio en el que se suele caer con ella. Ese texto alrededor de su plano entero parece sacado the The Social Network. De hecho, todo el número irradia inteligencia, desde Lois, pasando por, Queen, Luthor (que uy, ahorita hablamos) y hasta el pequeño Dick Grayson. Es satisfactoriamente desafiante.
Desafortunadamente no vemos tanto a Lois Lane, pero lo que hay es bastante bueno. La decisión de hacerla asiática me parece más un sello de Landis, como para hacerla SU Lois Lane; y pues está bien, ni me molesta ni me aporta. La relación de Clark y Lois se construye muy poco en Owl, pero no me molesta tanto después de la FANTÁSTICA RELACI-okyamecallosobreParrot. Eso sí, el final del número es fantástico, con Clark en el atardecer tomando la capa de Batman y el ambicioso mensaje de voz de Lois de fondo. Es una gran forma de sentar las bases de su futuro amoroso, profesional y como EL superhéroe (sin dejar de lado que el hecho de que Superman se ponga la capa de Batman es súper badass).
Pero regresemos un poco. Oliver Queen se sube a un helicóptero con Clark después de pensar que era Bruce Wayne (nota del editor en el número: «C’mon, don’t tell me you missed issue 3!»), y después de aclarar la situación, ambos tienen una gran conversación sobre convertirse en una mejor versión de uno mismo, ocasionada por el reciente incidente que tuvo Queen en Starfish Island (cof Green Arrow cof). Landis deja claro que puede definirte a un personaje en una simple conversación, habilidad que veremos a la «n» potencia con Luthor (que uy, ahorita hablamos).
Aterrizan y los recibe un Lex Luthor imponente y amenazante, que desde el inicio empieza un monólogo… intenso. Habla de cómo el fatalismo se ha impuesto sobre el pragmatismo, sobre cómo nos hemos convencido que no hay quien pueda resolver los problemas del mañana, que nos encanta pensar en el siguiente apocalipsis, que nos autolimitamos con nuestras bobas supersticiones y nuestro miedo a un futuro esperanzador. Es increíble.
Pero ahí termina el Luthor que habla de grandeza y comienza el que habla de SU grandeza. «I am truly, actually, indisputably exceptional» dice él. Es contundente, es desafiante, es despiadado, es un genio; es el mejor Lex Luthor. Al menos desde mi punto de vista, basándome en lo que he visto del personaje (que no es tanto, pero es suficiente), no hay un mejor reflejo de la soberbia, de la elegancia, del perfecto opuesto del máximo héroe, no hay mejor Lex Luthor que el de esta interpretación de Max Landis. Es todo lo que quiero ver en él, escrito con maestría y un control absoluto del personaje.
Sobre todo viniendo del discurso de Queen, de ganarse su confianza haciendo el bien, el discurso de Luthor es totalmente contrario. Lo curioso es que pone de ejemplo que él es uno de los elegidos no porque sus padres fueron asesinados o porque su madre le dio un trono, sino porque es verdaderamente excepcional. Esto nos recuerda otra vez a Regarding Clark de Max Landis, en el que pone el mismo ejemplo pero con Superman, sólo que ahí se estaba hablando de su bondad. Luthor se autoproclama superior a todos pero no lo es, Superman es superior a todos pero no se autoproclama; AHÍ está el conflicto, ahí está el choque. Lex Luthor es el villano en esta historia porque como diría Tywin Lannister:
Luego, por si no fuera suficiente, por si no tenías ya con Lois Lane, Lex Luthor y Oliver Queen; Clark interactúa con el pequeño Dick Grayson, es decir, Robin (y después Nightwing), que en ese momento parece que está apenas tratando de ganarse la confianza de Bruce Wayne. Es genial ver las habilidades detectivescas de Grayson, descifrando casi al instante que algo no cuadra con Clark, que está ocultando algo. Esa lectura tipo Sherlock Holmes que le hace es gloriosa.
Grayson le concede una entrevista a Clark, y lo mejor de todo es su reflexión sobre el opuesto necesario a Batman. «Darkness needs light. Fear needs hope.» Superman es necesario para contrarrestar a esos villanos que se vuelven peores con el miedo, aquellos que Batman no podrá nunca derrotar porque su naturaleza no les afecta. Superman es necesario para ser la luz en la oscuridad del mundo. Sí. ¡SÍ!
Batman le da una visita a Kent, para investigar por qué estaba en la fiesta de Parrot, cómo derrotó a Deathstroke y por qué le interesa Dick Grayson; y Clark, con una gracia que contrasta abismalmente con su estilo en Hawk, lo derrota aplastantemente y además descubre su identidad secreta. Se queda su capa, y sucede lo que comenté en un párrafo anterior, con el atardecer, la voz de Lois y un Superman en el inicio de su grandeza.
Madre mía, qué número tan lleno de contenido. Owl no para ni un segundo. Es demasiado, lo que impera varias leídas para absorber todo lo que tiene que ofrecer. Se sientan las bases para la relación con Lois, se define a Oliver Queen y a Lex Luthor, y se crea una relación con Batman por medio de Grayson y una increíble batalla final. Max Landis, this is getting ridiculous.
Sobre los otros números:
1. Dove
2. Hawk
3. Parrot
5. Eagle
6. Angel
7. Valkyrie
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