El verano de hace dos años vi mi primer episodio de How I Met Your Mother, una serie que me recomendaron y que vi todos sus episodios hasta ese momento (siete temporadas y media) antes de regresar a clases. Ese último episodio de mitad de temporada fue la propuesta de matrimonio de Barney hacia Robin, un episodio fantástico con una gran planeación que auguraba la gran relación que tendrían Barney y Robin, que eran el uno para el otro y que ella simplemente no era para Ted.

Después de muchas indecisiones por parte de nuestro protagonista, por fin llegó el último episodio. Un momento muy esperado por todos después de nueve temporadas de estar viendo todas las relaciones del personaje principal y su interacción con sus amigos. Este episodio me deja con muchos sentimientos encontrados por lo siguiente:

Este texto tiene spoilers del episodio final de How I Met Your Mother (Duh!)

Comenzaré hablando de lo bueno. La sensación de que todo está por terminar es muy fuerte, generando un gran sentimiento de tristeza y de melancolía (o tal vez de alivio en algunos). Ese momento cuando Marshall le habla a los chicos de la mesa de al lado y les dice «¿Saben qué pasó en esta mesa? Muchas cosas.» es muy bonito y ocasiona mucha nostalgia en los fanáticos de la serie. Realmente pasaron muchas cosas en ese bar, en esa mesa en específico.

Todos sabíamos que Ted no se iba a ir a Chicago, pero eso sirvió para que este grupo de amigos se despidiera, compartiera sus últimos chistes, lágrimas y su último high-five. Este episodio era una premonición para lo que nos esperaría durante los 40 minutos siguientes: risas, lágrimas y un último respiro épico de la serie.

Las interacciones de Ted con la madre (Tracy) son fantásticas, justo lo que uno esperaría después de nueve temporadas. El momento cuando la ve por primera vez es muy sentimental y esa escena en la estación es simplemente gloriosa, retomando todos esos momentos en los que estuvieron a punto de toparse y dando fe del único objeto que compartieron durante todos esos años, el paraguas con el que se están cubriendo de la lluvia. Un momento muy esperado que nos habían adelantado desde hace tiempo.

Ahora las cosas que me parecieron buenas en general, pero que no amé por completo. Continuando con Tracy, me pareció muy triste que muriera, verdaderamente me sacó un par de lágrimas en el par de segundos que duró la mención. ¡Vamos! ¡El título de la serie hace referencia a ella y mencionan su muerte como si fuera completamente irrelevante! ¡Ella es la principal razón de que esta serie exista! ¡Fue la más grande incógnita por años! Me hubiera gustado que nos dejaran sufrirlo, fue un momento muy fuerte que pasó volando y se perdió en el mar de cosas que fue el episodio.

El final de Barney. Ok, entiendo que los creadores quisieron dar el mensaje que lo único que pudo hacer que Barney sentara cabeza y madurara de verdad era su propia hija. Una idea muy bonita, pero que quedó manchada por la manera en la que llegó. ¿Número 31? ¿En serio eso es lo más que nos dan de información sobre la mamá de la hija? ¿Una simple noche más? Qué triste.
Evidentemente esa hija no la hubiera podido tener con Robin, ya que ella es estéril. Pero vamos, hasta adoptar hubieran podido y hubiéramos visto a un Barney comprometido con su hija y feliz con su esposa.

Tocando el tema, la relación de Barney y Robin era muy bonita, la manera de Barney de proponerle matrimonio a Robin, su maduración a lo largo del compromiso; todo era color de rosa. En el episodio fiinal mandan todo su matrimonio (y con eso todos los hechos de la temporada) a la goma. ¿Tanto para eso? Vimos muchas escenas donde Ted despide su amor por Robin, donde lo supera y entiende que las cosas pasan o no pasan por una razón, que simplemente no estaba escrito que ella estuviera con él. Well, nope. Los directores mandan a la fregada también el crecimiento y desarrollo de Ted para darnos un final agridulce.

La escena final de la serie es muy buena, dejando de lado lo que acabo de mencionar sobre el desarrollo de los personajes. Me gusta mucho que los productos de entretenimiento se llenen de contrastes, eso pasó con Breaking Bad, con BioShock y ahora con How I Met Your Mother. Volvemos al principio, después de nueve años, para reconocer lo que muchos odiaban o amaban, que la serie en realidad se trataba de la historia de amor con Robin, no con la madre —ya que ella nunca sale, como dijo su hija (Dato curioso, y un buen detalle, es que hay escenas, como esa, que fueron grabadas desde la primera temporada)—, aunque eso no le quita que lo que muchos esperábamos era la relación con la madre, no con Robin. Es un bonito momento que hubiera sido épico si los creadores no hubieran dejado muy claro que los personajes habían crecido. «¡Ya pasó!» gritaban los creadores. «¡Ted ya avanzó, ya va a conocer al amor de su vida!» Ese amor queda reducido a algo intrascendente, borrando el mensaje de la misma serie y dejando un sabor de «¿Tanto para eso?».

Mención honorífica a Lilly que lo único que hizo durante todo el episodio fue llorar. Un personaje divertido fue desperdiciado en el puesto del personaje que hace que la audiencia llore también, cosa que harta después de la quinta escena en la que la ves derramar lágrimas.

Un detalle adicional: ¡Se olvidaron de la piña! El creador había dicho que aclararían muchas incógnitas de la serie como el trabajo de Barney y la piña que apareció de la nada, pero no se comentó nada de lo último. Ya habían demostrado que podían hacer algo creativo para dar respuestas a grandes dudas como la del trabajo de Barney, una buena explicación y un buen chiste que desde mi punto de vista está bien trabajado, pero se olvidaron (¿o tal vez quisieron dejar a la imaginación?) de un gran gag de la serie.

En conclusión, el final me deja con un sabor agridulce que, aunque tiene cosas muy positivas, pudo ser mejor en muchos aspectos. Me hubiera gustado que el episodio fuera más largo para que trataran de mejor manera las cosas y que no lo apresuraran (en especial la muerte de Tracy, como ya lo mencioné). Se agradece que al fin presenciemos el «And that kids, is how I met your mother», un momento muy esperado que resultó ser algo inesperado, ya sea para bien o para mal.